Ocaso

Está solo
en el centro del parque
y se deshace de ser árbol;
ya no habla con el viento,
hasta los pájaros,
y la idea fija de sus cantos
son ausencia desmedida.


De pie, aunque
vencido el cuerpo
de sometida madera,
me mira con elocuencias de agonía;
y no sé que decir.



Entonces no lo digo;
sólo escribo palabras secas,
de lenguaje evaporado,
que no alcanzan
a coronar una extensión de vida.

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